![](https://static.wixstatic.com/media/1f8b1d_2489d68053c9470991201b326fd8ae6f~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_980,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/1f8b1d_2489d68053c9470991201b326fd8ae6f~mv2.jpg)
Cuentan los Ancianos ancestros, que cuando el Gran Espíritu creó al ser humano con las ondas de su corazón, decidió que, aunque ellos se olvidaran temporalmente de que eran luz, una estrella radiante en su coronilla los mantendría unidos a esa grandeza que les había dado vida.
Muchos lo olvidarían por completo, por muchas vidas que vivieran, sin embargo, otros, aun sin saberlo, mantendrían esa conexión intacta. Estos niños de luz vendrían a recordar a los otros niños que eran caminantes de mundos, puentes entre el cielo y la tierra y que todos portaban esa estrella que guía a la inmensidad del hogar.
Aquellos que lo recordaran, hablarían con todo lo que los rodea, sabiendo, que siempre, se estaban comunicando con el corazón de la divinidad y que todo tenía espíritu, vida y consciencia.
Las estrellitas despiertas irían despertando a las otras estrellas hasta que la superficie de la tierra se convirtiera en un universo viviente. Ellos escucharían palabras, verían imágenes que no son de este mundo y recibirían la sabiduría que proviene de lo profundo del alma.
Muchos de los que no recordaran su propia luz, se acercarían a aquellos que brillaban, para recordar que ellos, también eran bellas luces de esta inmensa joya azul. El Gran Espíritu sabía que muchos permanecerían en la oscuridad y en el olvido durante muchas vidas humanas, pero pensó <Al final, todos recordaran que son estrellas de mi propia luz>
El Gran Espíritu, vistió el cielo de estrellas de luz intensa, que pudieran verse desde todos los rincones del mundo.
-Todos admirarán las estrellas y ellas les harán recordar que son estrellas brillantes e inmensas y que cada una de ellas, brilla con luz propia. Ellas les harán comprender que no hay elegidos, ni preferidos. Todas las estrellas de mi corazón son iguales, especiales y únicas al mismo tiempo. Todas contienen mi grandeza, mi esencia y mi amor, solo tendrán que ir recordando.
Y así la tierra empezó a llenarse de estrellas. Algunas brillan a medias por miedo a ser juzgadas o rechazadas. Otras han tenido que transitar caminos complicados para recordar que eran la luz de la divinidad y otorgarse el permiso a ellas mismas para volver a brillar. Otras aún están despertando, dejándose llevar por programaciones distorsionadas que les gritan que están locos o que van a ser juzgados por escuchar las voces silenciosas del amor.
Algunos prefieren pensar que es un don que tienen unos pocos. Otros se ocultan porque creen estar hablando con seres que son ajenos a ellos y se sienten privilegiados por hablar con personajes cuyas historias, han sido manipuladas por el hombre. Otras aún no han llegado a vislumbrar un atisbo de su luz porque están atrapadas en el dolor.
El Gran Espíritu pensó <No puedo anular el ruido de sus mentes, eso es algo que le corresponde a cada estrella hacer y cuando se escuchen a sí mismas, con la fe ciega que nace del amor, recordarán lo que son en realidad. Todas recordarán que son luz y que en esencia son lo mismo>
Cuentan los ancestros ancianos, que las estrellas de la divinidad aún están despertando, y que cuando despierten, la humanidad y la tierra hablarán el mismo idioma, sabiendo que son la misma energía, la misma esencia, el mismo corazón…
Tuwa - Un viaje hacia lo profundo del Espíritu
Shanandai Cespón
Comments