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Las enseñanzas de María Magdalena

Foto del escritor: shanandaisanandashanandaisananda

Actualizado: 9 abr 2024



1-      Se completamente human@

Has venido a esta Tierra a experimentar la humanidad. La humanidad tiene muchas fases de experimentación y te permite interpretar el mundo desde tus sentidos físicos. Hemos venido a divinizar la materia y a materializar el espíritu. Cuando abrazamos nuestra humanidad despertamos los atributos de nuestra Maestría interior y cada acto, cada palabra, cada pensamiento y cada sentimiento se torna consciente y sagrado. Ser un human@ consciente y percibir la sacralidad en todo, te lleva a respetar cualquier forma de vida y de experimentación.


No has venido a vivir como una monja de clausura o como un monje, has venido a disfrutar de todo aquello que la Tierra te ofrece: Amor, abundancia, plenitud, placer, disfrute, nutrición y sí, retos con los que crecer, aprender y recordar.


2-      La Divinidad está en tu interior porque tú, eres un pedacito de la Divinidad

Sentimos a la Divinidad tan ajena a nosotr@s que el concepto de ser Dios se nos resiste. Todo lo que existe es la Divinidad,  sin importar si eres hombre, mujer, animal, vegetal o lo que sea. Todo es los millones de disfraces de la Divinidad experimentándose y expresándose a través de cada forma de existencia. Eres lo mismo y contienes lo mismo que la Divinidad y, el día que integres esto, será el día que tomaras consciencia de tu grandeza y de tu poder interior.


3-      La Divinidad vive en nuestras relaciones

La Divinidad se manifiesta a través de las relaciones y por eso las relaciones y nuestra interactuación con la humanidad ponen de manifiesto si estamos sintonizando con nuestra Divinidad o no.


Esta enseñanza nos dice, que, desde nuestra humanidad consciente y sagrada, expandimos esa sacralidad   a nuestras relaciones.  Todos los seres son expresiones de la Divinidad y es importante salir del Yo ego para ubicarse en el Yo soy.


Yo es lo masculino: la individuación, mi expresión como alma teniendo su experiencia aquí en la vida.  Esto es muy importante porque nos ayuda a desarrollarnos, a conocernos y a entender exactamente qué es lo que hemos venido a hacer.  Quedarnos solo en la individualización, hace que nos ubiquemos en la separación, el egoísmo, etc. 


Soy, es la parte femenina de Ser. Soy – Ser es la inclusión, es ser uno con el Todo.  Somos uno con los demás y es importante crear relaciones sagradas.  Esto no significa que te atrapes en relaciones toxicas y tengas que quedarte en ellas, sino que reconozcas a los Maestros o Maestras que están tras esa relación complicada y aquello que te muestran sobre ti mism@, para que puedas realizar el aprendizaje y cerrar ciclo.


Ver la Divinidad en nuestras relaciones nos ayuda a entender al otro desde la empatía y la compasión y tomar consciencia de que todos estamos recorriendo un sendero lleno de procesos, aprendizajes y miedos. Es un inmenso regalo el poder amar y abrirnos a crear y experimentar juntos, aunque humanamente hablando a veces nos parezca que no es así.


4-      El amor es la energía más poderosa del Espacio Tiempo y su fuente ilimitada está en el Tiempo Espacio

Somos amor y es que en realidad no podemos ser otra cosa. Las emociones y los sentimientos, y, esos pensamientos que generamos en bucle se originan en la percepción e interpretación de una realidad distorsionada en la que nos han entrenado.


Si no recordamos como amarnos a nosotr@s mism@s, amamos a los demás desde las expectativas y las carencias y es que, aunque nacemos siendo amor y con la conciencia fresca de dónde venimos, pronto sucumbimos a las cargas que recibimos con el nacimiento.


Pensamos que las heridas se generan propiamente en la infancia, sin embargo, lo que nadie nos cuenta es que ya nacemos con unas memorias predispuestas a activarse. Pensarás que te hablo de otras vidas y, aunque estas memorias también están latentes, porque energéticamente se transfieren de un personaje a otro cuando encarnamos, me refiero a toda la carga energética que traemos del 50% de papa y el 50% de mama.


A través de la información impregnada en sus células, nosotr@s heredamos esa información energética y emocional. Así heredamos sus heridas y sus emociones en el momento de concebirnos. En el vientre de nuestra madre es donde nos desarrollamos y nos formamos.

Pensamos que aprendemos a sentir cuando hemos nacido y no, aprendemos a sentir en el vientre materno. Esto sucede porque dentro del vientre materno es donde desarrollamos el cuerpo y desarrollamos nuestro sistema nervioso.


Pensamos que sentimos con el campo del corazón y aunque el corazón tiene su propia red de inteligencia, sus propias neuronas y se comunica con el cerebro, la realidad es que recibe los impulsos de nuestro sistema nervioso. El que nos transmite lo que hay en el afuera y nos hace sentir, es nuestro sistema nervioso. El sistema nervioso es la antena parabólica que lo recibe todo y acciona de una forma u otra, haciéndonos sentir unas cosas u otras y sí, evidentemente después ese sentir, se manifiesta en las diferentes partes de nuestro cuerpo. Así, aprendemos a sentir a través de los impulsos eléctricos que recibimos en el vientre de mama de lo que está sintiendo ella.


Nuestra relación con papa está determinada por cómo se sentía mama con papa. No importa que tu madre te contara que ellos se amaban etc., si cuando se acercaba tu padre a tu madre durante el embarazo, ella se sentía insegura, le tenía miedo y ella se ponía tensa y su sistema nervioso se ponía en alerta, tú sentías lo mismo. Así cuando naces y sales del vientre materno y eres un bebe, cuando se acerca tu papa y oyes su voz, automáticamente tu sistema nervioso entra en alerta porque se reactiva lo que sentía mama y lo sientes como un peligro.


El sistema nervioso se va activando por resonancia en el vientre materno, por resonancia con mama. Al igual que ocurre a la inversa, si mama está durante el embarazo tranquila, se siente amada y a salvo, tu sistema nervioso simpático se activa con otra información.


El sistema nervioso simpático es el que se activa para ponerte a salvo, en consecuencia, solo te da una opción: Huir o defenderte. Evidentemente huir o defenderte puede hacerse de muchas maneras, en función del concepto personal de ponernos a salvo.


Así, nacemos siendo amor, aunque ya traemos memorias que se van a despertar en algún momento de nuestra vida, aunque esas memorias en realidad no sean nuestras. Si tenemos la suerte de tener una buena infancia porque nuestros padres tienen cierto grado de consciencia, perfecto, esto implicara que gestionaremos de una manera más saludable nuestras emociones y que seguramente. No crearemos experiencias dolorosas, o mínimamente, no tan dolorosas.  Si formamos parte del 90% que empezamos a despertar esas memorias durante la infancia porque, papa y mama, no se han ocupado de sanarse a sí mismos antes de que naciéramos, nos pasaremos la vida enredados en el dolor, en las heridas, generando experiencias dolorosas y, lo que es más grave e ignoramos, repitiendo la historia de nuestros padres con matices diferentes.


La bella humanidad, desde estos patrones distorsionados,  se ha ubicado en la energía del miedo y ha olvidado que ese amor que busca en el exterior tiene que manifestarse primero desde el núcleo interior del Ser.


Todo ser ama amar, pero tiñe el amor de carencia personal. Entonces el amor se torna doloroso y se convierte en una necesidad. El amor es la llave de la plenitud en todos los ámbitos de la vida. Tomamos como primeros modelos en nuestra infancia a papa y a mama, es decir, a un hombre y a una mujer que han sido niños, jóvenes, adultos y que nacieron habiendo heredado las heridas de sus respectivos padres y fueron entrenados a sentir en el vientre materno, de una mama, que no sabemos cómo estaba en el momento de la gestación.


Esta transmisión transgeneracional es la que perpetua la distorsión, las heridas y las formas de pensamiento que se desarrollan y se heredan. Cuando tienes modelos humanos que no se han amado a sí mismos, aunque tú nazcas siendo el amor, pronto lo olvidaras porque se ponen en marcha los engranajes de lo heredado y, como los seres humanos, al igual que cualquier otra especie, aprendemos por imitación y repetición, acabamos “normalizando” la falta de amor a nuestro alrededor.


Si mama era una mujer sumisa que complacía en todo a papa, tú heredaras esa forma de relacionarte con los hombres. Mama te explico mil veces que lo hacía así porque quería a tu papa y quería tenerlo contento (por ejemplo), y tú aprendes erróneamente, que querer a alguien implica complacerlo porque si no lo complaces, no te quiere. Súmale a eso las memorias que se activan con cosas que no son tuyas, las creencias que te inculcan repetitivamente a lo largo de las etapas en las que tú te estás desarrollando y estás siguiendo el curso natural de ir creciendo y madurando y, súmale la interpretación subjetiva que haces tú del mundo y de todo lo que vives, escuchas y experimentas, directa o indirectamente.


Después súmale todo aquello que te transmite cada ámbito en el que experimentas; escuela, amigos, familiares, sociedad, televisión, religión etc.  Al final te has construido y te has desarrollado sobre unos cimientos frágiles que contienen las heridas de un colectivo que se ha construido sobre la misma fragilidad que tú.


Jesús solía decir, “amaras a tu prójimo como a ti mismo”, y es que si no te amas a ti mism@ difícilmente te recordaras como el amor, la grandeza y la divinidad que eres. Tus pilares contienen todas las memorias distorsionadas y toda la fragilidad de los seres con quienes compartes la experiencia, que, a su vez, se han desarrollado sobre la fragilidad de los seres que les precedieron. Aquí no hay culpables, simplemente hay seres que transmiten y se desarrollan en esa fragilidad de generación en generación.


Cuando resides en la ausencia del amor hacia tu propio ser, generas muchas carencias, muchos miedos y te atrapas en un continuo pasado que no te permite descubrir tu propio amor y, lo que es peor, nos sumergimos en la ignorancia de que toda esa ausencia de amor, todos esos patrones, distorsiones y creencias, se acaban consolidando como la información principal de nuestras células. En el momento en el que esto sucede, mente y cuerpo entran en armonía, si ambos están en la distorsión y las programaciones erróneas o entran en conflicto cuando la mente consciente lucha por cambiar sus programaciones mientras el cuerpo y sus células siguen atrapadas en la misma información, mismos químicos etc.


Es entonces cuando tu relación contigo mism@ se convierte en un maltrato hacia tu propio ser y creas relaciones que se ajusten a los parámetros de la relación que mantienes contigo.


No me malinterpretes cuando hablo de auto maltrato, hay muchas formas de castigarse a sí mism@ cuando un@ no se ama, pero si es cuando desde los “No lo merezco, no puedo, nadie me ama, no me siento sostenid@, no me siento suficientemente buen@, bell@, valid@ etc.” dejas de respetarte, de valorarte y de verte como el maravilloso ser que eres en realidad.


De este modo, te vuelcas en darle a los demás lo que no eres capaz de darte a ti. Complaces para sentirte querid@ y aceptad@ y eso mi hermos@ niñ@, acaba haciéndote pagar un alto precio, porque al final estás viviendo la vida que has moldeado a gusto de los demás por el miedo de sentirte sol@, rechazad@ y abandonad@. Desde esta ausencia de amor atraes personas y situaciones que te llevan siempre al punto del no amor, y acabas convenciéndote de que eso, es lo que te mereces. Renuncias a vivir la vida de tus sueños por miedo a perder a aquellos que “supuestamente te quieren y te aceptan”.


Te conviertes en un@ mendig@ del amor y aceptas como algo “normal” sentirte siempre en la cuerda floja, entre el apego y el miedo a perder. Te condenas a ti mism@ a una vida de resignación, sacrificio, sufrimiento, frustración y vacío. Pierdes la relación sagrada contigo mism@ y estableces relaciones y experiencias complejas para cubrir esas necesidades interiores que se manifiestan en modo automático. Somatizas todas esas emociones y percepciones y manifiestas depresiones, ansiedad, estrés y otras enfermedades más graves.

El amor hacia ti mism@ es un matrimonio sagrado contigo y reconocerte con la grandeza del amor que eres. Es permitirte SER lo que eres y no lo que los demás esperan que seas.


Tú ya lo eres Todo, pero desde la ausencia del amor percibes que eres nada, que eres nadie. Tú eres la Fuente y desde tu Divinidad interna manifiestas en tu realidad y en tu ser lo que está brotando desde tu interior.


Ubicarte en el Amor del Ser Divino que eres, hace que esa pequeña linterna que solo ilumina pequeños fragmentos de realidad se expanda, convirtiéndose en un gran faro de luz que te muestra una inmensidad que antes no veías.  El amor es el momento presente impregnado de tu propia presencia y cuando estás presente en ti, reconociéndote, amándote y recordando el amor que eres, eso es lo que transmites y entonces, mi bell@ niñ@, es cuando puedes amar por el puro placer de amar, sin condicionamientos ni condiciones, desde la libertad del ser, comprometida contigo y con tu vida.


Integra esto: No puedes amar a nadie más de lo que te amas a ti mism@, en consecuencia, si no te amas, estableces relaciones en las que pones toda tu esperanza de que otra persona que no eres tú, te de aquello que tú, no solo no eres capaz de darte, sino que además te estás negando a tomar esa responsabilidad y se la traspasas a ese otro u otra, sea este el tipo de relación que sea. Esto inevitablemente suele acabar en decepción y en dolor, porque lo que atraes son personas que resuenan en tus mismas heridas, en tus mismos patrones y en tus mismas creencias.


Así que amate primero a ti y podrás amar en plenitud a las personas con las que establezcas relaciones ¿Sabes por qué? Porque entonces tú, ya sabrás lo que es el amor.


Vivimos en unos momentos en que el amor se está distorsionando mucho en nuestras relaciones, especialmente en las de pareja. Con lo patrones mentales actuales se está condenando al amor a desaparecer y ¿sabes?, el secreto que todo el mundo calla, es que lo que más se anhela cuando se es humano, es el amor.


En el ámbito de la pareja no comprendemos que también vivimos el amor con los sentidos y con las emociones y, que toda relación amorosa tiene unas fases, como todo en esta vida. Se inicia con el amor romántico, esa fase inicial en la que las emociones se desbocan y eso provoca que nuestro cuerpo genere unos químicos concretos que nos mantienen en una fase de “embobamiento”. Después con el tiempo, la relación se va haciendo más madura y va estableciendo otras bases que la sostienen o no. El cuerpo progresivamente va dejando de generar químicos a lo loco y las relaciones se serenan.


Todas y todos, anhelamos que en nuestra relación haya expresiones y manifestaciones de esos sentimientos que tenemos hacia el otro, de hecho, cuando estamos en una relación de pareja donde esta, es fría, distante y poco expresiva, nos quejamos de que tenemos una pareja que parece que no nos quiera. Ahora ser detallista, romántico etc. es machismo. ¿En serio? En una relación de amor, ambos tienen que ser detallistas, románticos y expresivos, junto con el resto de los elementos que establecen una relación saludable, respetuosa y madura y permíteme que te diga, que no importa si es una pareja heterosexual, homosexual o como sea. El amor siempre es amor y de nuevo, no depende del género depende de cada persona.


¿Quieres amor en tus relaciones? Deja de etiquetarlas, juzgarlas y censurarlas. Disfruta del amor a través de los sentidos porque este es uno de los regalos de ser human@ y respeta la expresión de ese amor como cada quien te brinde. Dejemos de matar la expresión del amor, de la amabilidad, del respeto y del cariño. Solo el amor nos transforma y estamos huyendo de él como si fuera un virus letal.




5-      Responsabilidad 

Es nuestra responsabilidad asumir nuestras creaciones y crear con consciencia.  Esto se hace estando en conexión con nuestra autenticidad y nuestra integridad interior y expandir esa autenticidad e integridad al mundo, a nuestras relaciones y a nuestras experiencias.


Ser un@ human@ consciente y sagrad@, es un trabajo a tiempo completo y para toda la vida. La espiritualidad no es más que el estado natural de nuestro ser, recordando que somos un espíritu experimentando una aventura humana para vivir con la consciencia de lo que somos y disfrutar de una humanidad consciente. Nuestro aprendizaje es humano, no espiritual, pero, como nos hemos olvidado de ser espíritus, tenemos que recordar que somos mucho más que este pequeño porcentaje de materia.


La ley universal de la correspondencia nos dice: Como es arriba es abajo y como es adentro es afuera. Esta ley te dice que como el universo es, la tierra es y tú eres. También te dice que como son tus pensamientos y creencias así manifiestas tu vida en el mundo y que como sientes en tu interior, así es tu expresión y tú presencia en el mundo y en tu vida. Tu vida es un reflejo del cómo estás tú a cada instante y eso crea un mundo a tu medida.


Cuando te ubicas en el amor y en las emociones elevadas, tú te transformas y tu vida entra en otra línea de tiempo. Eres la responsable absoluta de ti mism@, de tus experiencias y de tu vida. Estamos de acuerdo en que hay situaciones y experiencias que se cocrean con otras personas, pero al final, el cómo lo vivas, depende directamente del cómo lo gestiones y el cómo lo gestionas, está vinculado directamente a la relación que mantienes contigo mism@.


6-      Hombres y mujeres comparten la existencia como iguales

Jesús veía a la mujer igual que al hombre, con el mismo poder, con los mismos derechos, pero la iglesia temprana quería que esta idea de Jesús desapareciera.  Pablo dijo: “Como la iglesia ha sido sumisa a Cristo, la mujer ha de ser sumisa a su marido”


Fue a través de Jesús y María Magdalena que algunas mujeres recuperaron sus derechos. Ellos siempre vivieron en igualdad, ambos tenían la misma misión y desarrollaban distintas fases de esta. En una época donde la mujer estaba sometida al hombre y donde todo lo femenino como la menstruación o el embarazo se estigmatizaba como algo impuro, y se educaba al hombre para que no se relacionara con la mujer más que para procrear y perpetuar la especie, Jesús hacia sagrada el agua lunar de María Magdalena y se mostraba a la mujer su poder interno como mujer.


Llevamos muchos siglos en los extremos, donde hombres y mujeres compiten y no se comprenden. Nacen los extremos, el machismo y el feminismo y la culpa que todos proyectan hacia el otro. Es una realidad que hombres y mujeres tenemos fisiologías diferentes, de hecho, nuestro cerebro funciona ligeramente diferente y las mujeres tenemos un útero físico indispensable para traer nuevas almas al mundo. Esto no significa que el hombre, que no tiene útero físico, no tenga la misma importancia y relevancia que la mujer.


Cada género ha sido castrado de formas distintas a través de la educación y la lucha de géneros y esto tiene que parar. Estamos viviendo unos momentos donde la violencia está a la orden del día. En pleno siglo 21 sigue habiendo machismo, violencia de género, violencia contra los niños, ancianos y animales, misoginia, homofobia, violencia contra la propia tierra, discriminaciones de todo tipo, desde la orientación sexual, la raza, el estatus social, el género etc. Tiene que crearse la unidad para erradicar todos los tipos de violencia, discriminación y desigualdad. Evidentemente, en un mundo con millones y millones de personajes experimentando, tiene que haber de todo y en ese todo hay personajes que han elegido vivir desde el cerebro primitivo o desarrollan patrones mentales dañinos que generan dolor a otras personas, pero no tiene que ver con el género, sino con la persona en sí.


La base es educar con nuevos valores y educar en la unidad, en la comprensión y en la tolerancia. Como te digo, no es el género lo que marca la diferencia, sino la persona en sí.


Muchos sueñan con una nueva tierra y una nueva humanidad, ¿desde dónde? ¿desde la separación y la rivalidad? Ni machismo, ni feminismo, UNIDAD es lo que se requiere para crear una sociedad donde todos los seres tengan los mismos derechos y las mismas oportunidades desde el respeto, la tolerancia y el amor y siempre abrazando la singularidad única de cada ser.


Todos somos lo mismo, Divinidad encarnada y de lo que nos tenemos que ocupar es de ser humanos que caminan y crecen juntos, no primitivos que se ponen la zancadilla los unos a los otros, crean separación y conflicto y no se respetan.


¿Quieres un mundo ideal donde podamos vivir desde la consciencia y la unidad? Transfórmate a ti mism@ en la persona ideal para ese mundo que sueñas.


Con amor para el mundo

María de Magdala

2 Comments

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silviandreun
Mar 24, 2024

Me ha encantado leerte, sabes que lo siento igual que tu y justamente hoy que me llega tu articulo, estaba escribiendo sobre ver la divinidad en cada una de nuestras relaciones ya que son una expresión de nosotros mismo y una oportunidad de ver aquello que necesitamos abrazar de nosotros mismos. Gracias a ti también por acompañarme en mi camino😘

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shanandaisananda
shanandaisananda
Mar 24, 2024
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Un fuerte abrazo preciosa 😘

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