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¿Control o Fluidez?

Foto del escritor: shanandaisanandashanandaisananda

Hay personas que se pierden en la confusión de pensar que hay aspectos que tienen una parte positiva y otra negativa. En realidad nada es positivo o negativo si a ti te funciona, pero sí es bueno aclarar lo que contiene cada aspecto para poder discernir con claridad las palabras que expresamos y el sentido que les damos.


Como reza en la última novela que estoy escribiendo:

-Las palabras crean realidades. Son hechizos que pronunciamos y con ellos se crea aquello que alimentamos en nuestra mente y expresamos a través de la palabra. La gente no lo sabe, pero cuando pronunciamos esas palabras, los espíritus ligados a ellas vienen a manifestar el hechizo expresado. Elige bien tus hechizos porque ellos crearan tu vida-.


Lamentablemente, en este sistema de etiquetas que hemos creado los humanos para definir y ubicar a las cosas en algún lugar, creamos mezclas de incoherencia, que lejos de crear una red de pensamiento positivo, genera más caos.


Recuerdo la primera vez que escuche aquello de "la envidia sana". No existe la envidia sana. La enviadia forma parte de la carencia de aquello que no tienes y no logras que enciende la frustración y el deseo de tener o lograr lo que otros tienen y tú no. Esta carencia es compañera de la rabía y de la incapacidad de alegrarte por lo que los demás tienen o logran. Así, que la envidia sana no existe.


Lo mismo sucede con el control. Pensar que el control tiene una parte buena y que te ayuda a dar dirección a tu vida es un error. El control nace de los miedos, las inseguridades y la rigidez mental de no querer aceptar que las cosas, son lo que son y suceden como tienen que suceder. Para sentirnos seguros generamos nuestras propias expectativas de como deben ser las cosas y creamos una especie de zona de confort en la que aquello que podemos controlar, nos da una falsa sensación de seguridad.


Muchos couches de negocios te hablan de controlar tus pensamientos. En realidad es complicado controlar los pensamientos cuando todavía hay tantas incognitas por resolver, ya que ni aquellos que se dedican al estudio de la mente, han alcanzado aun la totalidad de la información de como funciona nuestro cerebro.


Muchas personas confunden el control con la gestión y la organización. La dirección y el propósito a tu vida lo da la atención, la intención y el gestionar saludablemente los procesos que se presentan a lo largo del camino y las diversas emociones que, irremediablemente, se van generando con estos procesos. Uno se organiza, planifica (siempre con la flexibilidad y la fluidez de que hay cosas que pueden surgir de forma distinta a nuestra planificación) y trabaja en la dirección de su vida y en su propósito sabiendo que lo importante, no es el fin, sino el camino.


Poner expectativas es caer en el control y en la rigidez de querer que las cosas sean y sucedan de una predeterminada manera. Esas expectativas se generan de tus carencias, tus miedos y el querer que las cosas sean de una forma determinada y no de otra (control). Tu mente distorsionada te la juega en automático una vez más y te grita que esa es la forma en la que se tiene que dar.


Las expectativas generan frustración, rabía, emociones de no merecimiento, de no ser capaz de plasmar lo que sea como tú quieres que sea. El control delimita y limita las millones de posibilidades infinitas de que aquello, que tanto deseas nutrir y manifestar, se dé, de una forma muy distinta a lo que realmente querias y sientas que no has logrado lo que tu esperabas o que no se ha dado como tú querías.


El control, en cualquier medida, te esclaviza, te aprisiona, te ahoga y te fustra y te mantiene dando vueltas en tus miedos, inseguridades y carencias. El control es una puerta acorazada que impide la entrada a aquello que el Universo quiere hacerte llegar porque está alineado contigo, con tus valores y con tu propósito.


El control mata la fluidez y con ello mata las relaciones, los sueños, los proyectos, la espontaneaidad y la aceptación. Es querer nadar continuamente contra corriente y querer imponer el cómo tú crees que tiene que darse, al como se tiene que dar de una forma organica y natural.


Tambien es un forma inconsciente de decirle a tu Divinidad ¡No confío en ti, así que tengo que controlar y tenerlo todo en mis manos!


Creemos que el control nos va a llevar a alcanzar nuestros propósitos, sueños y metas y fracasamos una y otra vez.




No controles, averigua que es lo que realmente quieres, focaliza tu atención, tu intención y tu energía en esa meta sin crear expectativas. Si es un proyecto o un sueño que quieres llevar a cabo, organizate, juega a planificar (pero a planificar sin control) y sobre todo, abrete a fluir con el proceso que se dé durante la consecución de tu sueño o proyecto de vida.


Aprende a gestionar y equilibrar tus emociones; observa tus pensamientos y abrete a que las cosas suceden y se dan, tal cual se tienen que dar, en sus tiempos, con su ritmo y sus vaivenes. !Acepta fluir¡ ¿Por qué sabes?


Cuando fluyes le estás diciendo a la vida ¡Navego contigo! Es la fluidez y la flexibilidad las que abren las puertas acorazadas que habías puesto desde el control. Es decirle ¡Sí! a tu Divinidad, a esa parte de ti que sabe y conoce que es lo que está alineado contigo.


Tu mente, sabe lo que sabe desde sus condicionamientos y distorsiones. Te aseguro que esas distorsiones no son las que te llevan a la claridad. Yo soy escritora y en mi trabajo, a veces necesito tener unas estructuras. Cuanto más intento controlar mi proceso creativo más me bloqueo. ¿Por qué? Porque le doy el poder a mi mente y dejo que ella, desde las estructuras aprendidas (que nadie dijo que fuera fácil eliminarlas), cree que mi proceso creativo tiene que ser de una determinada manera.


Conozco a muchos escritores que tienen una disciplina admirable: Se pasan meses planificando sus libros, dandoles una estructura, creando a sus personajes, lo que van a vivir cada uno de ellos etc. Yo soy una escritora Brújula, y te preguntarás ¿Y esto que es? Pues esto es que a mí me apasiona sentarme ante un word en blanco y dejar que la historia fluya libre y los personajes aparezcan sobre la marcha. Cada vez que mi mente más estructurada entra en el control de: No, creo que esta novela tendría que planificarla y estructurarla y tengo que hacer todo el proceso que hacen otros escritores... Horror ¡Me bloqueo!


La consecuencia es que me siento frustrada porque entonces, de repente, no sé de que escribir. No fluye la historia, ni los personajes y me estoy un tiempo sin escribir; me dedico a pintar.


¿Cómo lo soluciono? Llegando de nuevo al día en que digo: Voy a escribir mi novela y me permito sentarme frente a un word en blanco sin planificar ni darle tantas vueltas; solamente fluir y escribir lo que surja. Yo le llamo "Darle una patada en el culo a mi saboteadora del control"



Durante muchos años yo también tuve una mente estructurada y controladora, y sí, que sorpresa, el control venía de mis heridas de la infancia y de haber tenido: una madre, un padre, un padrastro, una abuela materna y un abuelo paterno que eran controladores. Ser controladora me sumergió en el sindrome de la "salvadora de personas" Upssss


Yo no he venido a salvar a nadie, ni a decirle a nadie como vivir, ni que hacer con su vida. Cada uno tiene que llegar a esa tarea o reto por sí mismo. Mi Espíritu ha ido atrayendo una y otra vez a personas controladoras para que me haga consciente de lo poco que me gusta el control y lo mucho que me gusta el fluir; de lo poco que me gusta la rigidez y lo mucho que me gusta la flexibilidad.


El control me llevo a juzgarme con dureza, a embarcarme en misiones imposibles pensando que eso se tenía que dar así o que esta u otra pareja tenía muchas cosas que no me gustaban y yo tenía que cambiarlo. Nadie puede cambiar a nadie, solo tú, puedes cambiarte a ti mismo.


También me llevo juzgar a los demás porque no cumplian con mis expectativas y a sentirme infeliz porque las cosas no se daban como yo quería. Hoy he leido algo que me ha gustado mucho y que es una frase cargada de verdad y consciencia: No vayas buscando a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida. Conviértete en la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida.


Pese a que de vez en cuando asoma la patita la saboteadora del control, especialmente en temas de trabajo, yo elegí abandonar el control y desgrane cuales habian sido las consecuencias de vivir con controladores y cuales las de haber sido una controladora. Desgrane cuales eran mis heridas de la infancia, ya trabajadas para sanar a mi niña interior, pero no trabajadas y puestas en contexto desde mi adultez y todas las experiencias que había creado en la adultez desde esas mismas heridas.


Yo elegí fluir; en mi vida, en mis proyectos, en mis sueños, en mi propósito y fuí haciendo un trabajo de desapego de cosas a las que me había apegado desde el control. Me fui alejando de los controladores y comprendí que nunca fue algo personal hacia mí; era algo que ellos tenian que solucionar.


He pasado de escribir pensando en lo que a mis lectores les va a gustar (que es lo que te dicen todos estos directores literarios cuando te dan cursitos de como publicar un libro: definir tu nicho y bla, bla, bla), a escribir lo que me gusta a mí. Yo escribo desde mi pasión, amo escribir, por lo que mis libros, en primer lugar ¡Tienen que gustarme a mí! y si lo que escribo me gusta a mí y después, hay muchas personas que les gusta como escribo, lo que escribo y lo que transmito ¡Maravilloso. Nutramos al mundo!


El Universo es libre, no necesita controlar nada, de ahí que haya ciclos y cambios continuos. El control es un aspecto humano que desarrollamos y es una manera de evitar fluir sin miedo con la vida y con lo que venga. Nos da miedo lo desconocido y fluir es lanzarte y dejarte llevar por los continuos cambios y retos que se presenten. Fluir es abrirte a recibir sin saber que vas a recibir exactamente y como te va sorprender tu Espíritu.


Hoy, simplemente, me enfoco, pongo toda mi atención y mi intención en lo que hago, pongo todo mi amor y mi pasión y no trabajo, dedico tiempo a lo que amo. Proyecto aquello que deseo manifestar, hacia donde quiero ir, y despues me aparto y dejo que el Universo, desde su fluidez... ¡Me sorprenda!


Ahora he activado mi reloj biologico del amor: Amo tan profundamente este sueño, proyecto o relación, cómo para aceptar todo lo que venga? Retos, procesos, que se dé como se tenga que dar, las luces y sombras de esto que deseo etc.


Sí ¡Adelante!

No ¡Esto no está alineado conmigo y no lo amo tanto!


Así que deja de controlar y fluye, porque el control, te va a llevar a vivir procesos que te van a poner incómodo y te van a provocar estres, más incertidumbre, más miedos y más saturación mental y vas a acabar perdiendo cosas y personas que acaban saturadas de tu control.


La evolución es vivir, entregarte al mundo aun sin saber que es lo que te vas a encontrar, es fluir, es descubrir, es explorar, es arriesgar. El mundo no es de los que necesitan controlar, es de los que se sueltan la melena y se sumergen en el mundo pensando ¡Vamos vida, sorprendeme!


Así que fluye y deja de confundir las etiquetas que tan bien has aprendido a través de todos los condicionamientos educacionales, familiares y sociales y sé tu mismo fluyendo en el mundo.


Hay herencias familiares que son puro veneno para el alma. ¡Liberate de ellas!








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