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¿Luchar o rendirse?

Foto del escritor: shanandaisanandashanandaisananda

"Eres una luchadora que nunca te rindes", ¿te suena la frase? A lo largo de mi vida, y, como el 99% de la población, siempre la he interpretado como algo positivo, esa forma de decirte que eres fuerte y persistente.


Mientras camine con los zapatos de la herida de la injusticia, me dedique a pensar, que luchar, era lo normal, al fin y al cabo, me decía a mí misma, la vida es injusta y todo cuesta mucho de lograr, y yo, soy una luchadora, una guerrera que puede con todo.


No ha sido hasta que me quite esos zapatos que empecé a ver lo absurdo de la lucha. Fue entonces cuando el espíritu de la claridad me visito y me preguntó ¿Por qué sigues luchando? La pregunta me pillo por sorpresa. En mi mente estaba programada la lucha como medio para sentirme viva. Con los años me había convencido de que si no luchaba por las cosas me convertía en una persona que se conformaba con su suerte y me sentía culpable de vivir en la ley del mínimo esfuerzo.


Así, aún desde esa programación me dije: "Lucho para alcanzar mis sueños, mis proyectos y la vida que deseo vivir"


-¡Mal!-. Oí que me gritaba la claridad. -Luchas porque careces de eso que quieres tener. Cuanto más luchas más enraízas la programación de qué no lo tienes y de que todo te cuesta mucho de alcanzar; por eso luchas continuamente. En un conflicto bélico los bandos luchan para conquistar algo. Esto provoca muerte, desolación y heridas profundas de las que muchos no se recuperan. Cuando te pasas la vida luchando para conquistar tus sueños, tus proyectos o tus deseos, te pasas la vida en una guerra encarnizada contigo misma y con el mundo.


La energía de la lucha es una actitud mental primitiva y contiene una energía muy densa. Es querer lograr algo forzando el proceso y el resultado, y, cuando estás en ese proceso mental de lucha, no fluyes, necesitas controlarlo todo. En este proceso necesitas manipular los acontecimientos para alcanzar tus objetivos de lucha. Evidentemente, es una manipulación inconsciente que se mezcla con la frustración y la ansiedad de lograr lo que ansias. La lucha te lleva a la supervivencia, y, en muchas ocasiones, incluso a perder tus valores para alcanzar el objetivo.


Cuando te pasas la vida luchando vas perdiendo tu esencia y acabas agotado. Es vivir continuamente en el sentimiento del no merecimiento, del esfuerzo y el sacrificio, y, al final de tu vida te preguntas ¿para qué he luchado tanto si no he logrado ni una cuarta parte de lo que deseaba?. La energía de la lucha te ubica en el no puedo y el no soy capaz. Te ubica en el no me lo merezco, porque si me lo mereciera, no tendría que luchar, simplemente se manifestaria de forma fácil. Te ubica en la posición de la víctima, que lucha y lucha y parece que le han tocado unos números perdedores en el sorteo de la vida.


Estais educados para hacer, hacer, hacer y rehacer sin descanso y esto es agotador y creeme, no obtiene resultados. Esto os roba el tiempo del ser y os perdeis en la adicción al hacer, sin tiempo para más. Os dedicais a plantar semillas en un hermoso jardín cuya esencia es una tierra fertil y nutritiva, y, perdidos en el hacer, después os olvidais de regar esas semillas para que el jardín florezca; y es que no tenéis tiempo para hacer florecer lo que habeis plantado, así que las semillas no dan frutos y seguís en la frustración de no recibir la magia de lo sembrado. De nuevo te lo pregunto: ¿Por qué sigues luchando? ¿No crees que es mejor rendirse?-.



-Pero yo no quiero renunciar a mis sueños- proteste.


-Yo no he hablado de renuncia, he hablado de rendición. Tampoco es lo mismo rendirte que conformarte. Aquellos que alcanzan sus sueños lo hacen dedicandole tiempo, amor y pasión, no lucha, sacrificio y esfuerzo. El concepto de qué todo cuesta mucho de lograr y que hay que trabajar duro para alcanzar lo que se quiere, os ha sumergido en una psicología en la que si no hay dolor, sufrimiento y dejarse la piel, no vas a lograrlo. Esto es falso. Observa la naturaleza, todo crece a su tiempo y a su ritmo, respetando sus ciclos y sus periodos de gestación envuelto en el amor, la pasión y la dedicación de la Gran Madre Tierra. La naturaleza simplemente es y sigue sus ciclos naturales.


Rendirse es liberarse de la lucha y de todo lo que su energía conlleva para permitirte, simplemente ser. Manifiestas lo que eres. Si eres la lucha, manifiestas la lucha en tu vida, porque eso es lo que eres en ese momento. Si crees que un sueño, te cuesta tanto de alcanzar que tienes que luchar, lo que manifiestas es la carencia de no tenerlo y la batalla campal que vives para tenerlo; nunca lo tendrás así.


Así que ríndete. Los sueños humanos son hermosos y ya están manifiestos en un nivel más elevado de tu ser, si no, no podrías soñarlos. Permitete ser y sé tu sueño para que éste, simplemente se manifieste porque es lo que eres y ya está en ti.


A lo largo de tu vida has plantado un inmenso y bello jardín, ahora es tiempo de nutrirlo y cuidarlo para que todas esas bellas semillas florezcan. Entiende, que hacer sin descanso solo marchita la esencia de amor y dedicación a tus pasiones; es cómo querer sembrar más semillas encima de las que ya están plantadas y estás dejando morir.


Así que deja de luchar contigo misma y con la vida y sé el agua divina que fluye con amor nutriendo el jardín de tu grandioso ser y tu divina existencia. ¡Simplemente Sé y Vive!-.


Y tú ¿vas a seguir luchando o vas a rendirte?


Shanandai Cespón



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